#5 a. La corrupción política es estructural
La corrupción política tiene un arraigo estructural porque conlleva en esencia un nivel cultural de percepción y modo de hacer las cosas. Se afinca en los hábitos de la conducta colectiva e individual pero, también en la conformación histórica e idiosincrasia constitutiva de un país. Muchos de los hábitos políticos actuales son parte de una herencia histórica y de una cultura que ha sido caracterizada por la fragmentación, las guerras, la indolencia, la insolidaridad y la pasividad con que afronta la problemática. Asimismo, se debe a una impronta institucional que nunca llegó a consolidarse por factores de autoritarismo, caudillismo y de una inestabilidad política que no facilitó el arraigo de una institucionalidad sólida, ni la formación de una cultura democrática.
En un país que se forjó bajo la sombra de caudillos y del irrespeto a las leyes, la democracia se encontrará con un muro difícil de derribar, pero también con otros factores adversos como una clase gobernante carente de visión de país y de integración nacional, factores que de una u otra forma han modelado una manera de hacer las cosas y que en esencia representan valores antidemocráticos que dificultan el ejercicio pleno de una democracia con una participación política incluyente, un Estado de derecho consolidado y con un gobierno que asuma la responsabilidad de la rendición de cuentas. Así, no es fácil establecer una conducta política de transparencia en un país que históricamente ha adolecido, en grandes periodos de su historia, de una auténtica vocación política democrática y que el respeto a la ley nunca ha sido un hábito cultural sólido.
En un país que se forjó bajo la sombra de caudillos y del irrespeto a las leyes, la democracia se encontrará con un muro difícil de derribar, pero también con otros factores adversos como una clase gobernante carente de visión de país y de integración nacional, factores que de una u otra forma han modelado una manera de hacer las cosas y que en esencia representan valores antidemocráticos que dificultan el ejercicio pleno de una democracia con una participación política incluyente, un Estado de derecho consolidado y con un gobierno que asuma la responsabilidad de la rendición de cuentas. Así, no es fácil establecer una conducta política de transparencia en un país que históricamente ha adolecido, en grandes periodos de su historia, de una auténtica vocación política democrática y que el respeto a la ley nunca ha sido un hábito cultural sólido.
b. La corrupción política es sistémica
La corrupción es sistémica porque afecta en sus interrelaciones diferentes dimensiones de la vida nacional de un país. Pero, también porque lo sistémico implica una relación más totalizadora que la especialidad fragmentaria con que se quieren entender y resolver los problemas. Es sistémica porque crea circuitos de corrupción y de autonomía frente al marco legal y de conducta ética.
La situación de la corrupción está íntimamente ligada a un subsistema de valoraciones y de percepciones objetivas o subjetivas. Lo sistémico implica que la corrupción política puede transgredir elementos de los derechos humanos, de la pobreza, desnaturalizar las políticas públicas, fortalecer el estado de inequidad, volver ineficaz el sistema de justicia y socavar la confianza pública en las instituciones o el Estado. Pero, también afecta la economía, desmorona la cohesión social y limita la participación ciudadana, se pierde el sentido de futuro y la esperanza. En ese sentido, la corrupción no sólo es un elemento de corto beneficio o cuantificable en términos económicos, pues afecta simultáneamente muchos de los puntos de la sostenibilidad de una nación.
La situación de la corrupción está íntimamente ligada a un subsistema de valoraciones y de percepciones objetivas o subjetivas. Lo sistémico implica que la corrupción política puede transgredir elementos de los derechos humanos, de la pobreza, desnaturalizar las políticas públicas, fortalecer el estado de inequidad, volver ineficaz el sistema de justicia y socavar la confianza pública en las instituciones o el Estado. Pero, también afecta la economía, desmorona la cohesión social y limita la participación ciudadana, se pierde el sentido de futuro y la esperanza. En ese sentido, la corrupción no sólo es un elemento de corto beneficio o cuantificable en términos económicos, pues afecta simultáneamente muchos de los puntos de la sostenibilidad de una nación.
c. La corrupción política es multidimensional
La corrupción se puede presentar mediante el sistema político en todas las actividades de la esfera pública y privada de una nación. Es multidimensional porque no únicamente atañe a lo político, a la democracia o al sistema de valores, sino que incide también en aspectos culturales, históricos, económicos, sociales y de idiosincrasia nacional; asimismo, entremezcla los ámbitos internos y externos, creando una enorme sinergia entre los fenómenos globales y los locales: la transnacionalización de la economía, los flujos financieros y la intensidad tecnológica son factores que han incidido en los espacios nacionales y subnacionales que también ha trastocado los sistemas políticos y ha ampliado las posibilidades de las conductas corruptas y sistémicas (véase recuadro No. 3).
d. La corrupción política es desintegradora
La corrupción política en esencia actúa en contra de los demás, su eficacia es desintegrar el entramado de la convivencia
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