#1 De esa población, son 450,000 los jóvenes que trabajan, pero no estudian. Mientras que hay 600,000 jóvenes y adolescentes entre 10 y 24 años sin hacer nada, o sea que no trabajan ni estudian.
Héctor Espinal, coordinador del programa para la Infancia, Adolescencia y Juventud de los Municipios de Honduras de Unicef, se refirió a la grave situación que estas cifras significan para el país.
“Aproximadamente un millón de adolescentes y jóvenes están sin acceso a la educación y esto impacta directamente en el futuro hondureño que está sin ser formado para asumir responsabilidades en cualquier campo del desarrollo nacional, ya sea en la comunicación, en la producción, en el campo agrario, industria, comercio, en la política, en el área de justicia o médica, porque esta generación es la que relevará a la actual y este millón de adolescentes y jóvenes sin acceso a la educación representan el 40% de la población hondureña, lo cual es una situación bastante dramática”.
El representante de Unicef explicó cómo la falta de educación y trabajo convierte a los jóvenes en blancos fáciles de la delincuencia, ya sea como víctimas o como ejecutores de la misma.
“Los jóvenes al no tener educación, no tienen acceso a trabajo y al no tener ninguna de las dos cosas están en la calle, lejos de su familia, y al estar en la calle esto los vincula directamente al tema de la violencia, ya que los adolescentes y jóvenes están en ambientes muy fértiles para el crimen organizado del país y su principal campo que es el narcotráfico, que en Honduras tiene establecidas e instaladas sus bases operativas y hace de los jóvenes y adolescentes su principal recurso para desarrollar la narcoactividad en nuestro territorio”.
Según Espinal, la desigualdad y el desequilibrio en la sociedad hondureña contribuyen a que muchos jóvenes se queden estancados sin llegar a poder cumplir su papel como forjadores del futuro de la nación.
“Muchas de las familias hondureñas tienen poco acceso a los recursos y una pequeña parte tiene acceso a gran cantidad, y eso es desigualdad, el país debe revertir su actual situación, porque de lo contrario toda esta enorme masa de jóvenes que son el principal recurso del país, está en riesgo de no poder cumplir con responsabilidades con su familia, en la comunidad y en la sociedad o como individuo, porque sus capacidades se ven disminuidas, todo por no tener acceso a la educación”.
Finalmente expresó que hay una gran responsabilidad que deben asumir las autoridades municipales en el tema de la violencia y la juventud.
“Los alcaldes también deben comprometerse a que jóvenes y adolescentes se matriculen y tengan acceso a la educación. Está demostrado que el desarrollo de un país entra por la puerta de un centro educativo. También es fundamental mejorar la calidad, porque ahora es muy mala, por la no asistencia a clases, buen material, etcétera. Y hay que recordar que las ofertas laborales para los jóvenes sin preparación son muy limitadas, los salarios que devengan son muy bajos porque son mano de obra poco calificada”.
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